martes, 19 de abril de 2011

Copyright vs Copyleft: cómo se mercantiliza la cultura

El sábado pasado la 2 emitió este reportaje que, considero, bastante interesante por la información que proporciona. Con tanta ley Sinde de por medio, SGAE y tantas violaciones contra la libertad de todo tipo, creo que es oportuno revisar este video. Hagan, ustedes mismos, sus propios juicios de valor.

jueves, 14 de abril de 2011

A POR LA TERCERA

¡¡SALUD Y REPÚBLICA!!


miércoles, 13 de abril de 2011

Princesas olvidadas


Espero que Fernando León de Aranoa me permita semiplagiarle el título, pero después de haberme emocionado con su película, no he tenido más obligación que la de reflexionar sobre un aspecto que me parecía olvidado.

Y es que a veces se nos olvidan. Aunque todos sepamos dónde se suelen agrupar; qué apariencia deben tener; y cómo se ganan sus vidas. En esos cruces de caminos en polígonos industriales, a las afueras de algunas ciudades o en aquellos barrios que siempre procuramos evitar; permanecen como maniquíes de un escaparate de la carne que, por muchos, permanece olvidado.

Apenas conocemos el infierno de sus vidas por reportajes morbosos en televisión, tv movies, series, algún que otro libro o novela, y noticias escabrosas que nos dejan sin apetito. La realidad de estas mujeres no es plato agradable. Ni siquiera para ellas. E intentar plasmar su día a día en papel o microfilm puede quedarse bastante corto.

Yo me pregunto cómo son capaces de sobrevivir. De dónde y cómo sacan esa fuerza para luchar cada día. Para levantarse por las mañanas sin llevar la cuenta de cuántos han sido. Y al caer la noche, volver a enfundarse en las botas de cuero, la lencería de mercadillo, el maquillaje que cubre la tristeza y el volver a ganarse el pan en la calle.

La necesidad y el miedo hacen que millones de mujeres en todo el mundo tengan que prostituir sus cuerpos y sus almas. Aunque imagino, que no permitirán que ocurra lo mismo con sus mentes. Ya que, en alguna parcela de su interior, debe haber espacio para la esperanza. Ésa que no llega o que se hace de rogar. Ésa que, aunque ausente, te mantiene viva.

Las olvidamos porque muchos las desprecian. Son marginadas. No interesan. Ellas se lo buscan. Pero siguen ocupando aquellos polígonos. Esos barrios non gratos. Esas camas vacías y tristes. Esos asientos traseros de coches cargados de vicio, sudor y desconsuelo, en donde nadie se atrevería sentarse.

Preguntan cada día qué desean. Y muestran el amplio abanico de posibilidades. Sin embargo, nunca son ellas las protagonistas. Las beneficiarias. Nadie se ha molestado en saber qué es lo que quieren. En qué sueñan cada día. Cuáles son sus ilusiones.

Sin embargo, continúan. Permanecen. Algunas, sobreviven.

Y sin castillo ni corona, todas son princesas.

jueves, 7 de abril de 2011

Comunicación fallida



Desde que el mundo es mundo, el ser humano ha tenido que permanecer en simbosis, respeto y reciprocidad permanente con la naturaleza. No somos más que pequeños entes y seres vivos que evolucionaron hasta los animales que somos hoy. En este proceso, el entorno y el estado natural, jugaron un papel decisivo. Sin esto, nunca habríamos llegado a ser lo que somos. Sin embargo, la comunicación y el comportamiento bidireccional que el ser humano ha adoptado siempre con su environment, ha virado en un sólo sentido. Y eso es anormal.

¿Qué le debemos al Sol? ¿Qué le debemos al agua? ¿Y al aire limpio? ¿Qué nos ofrece la flora? ¿Qué recibimos de la fauna? ¿Qué somos sin ellos?

A simple vista son sólo preguntas que parecen sacadas de una charla "protege la Tierra" para niños de primaria. Pero es que, ¿no nos estamos comportando como niños? ¿No estamos jugando, de un modo desenfrenado y alarmantemente peligroso con nuestro entorno?

¿Por qué seguimos teniendo centrales nucleares cuando el Sol permanece activo? ¿Por qué contaminamos el aire cuando gracias a él podríamos tener energía? ¿Por qué se vierten residuos tóxicos, radiactivos, en definitiva, MIERDA, a nuestras aguas si dependemos de ellas para VIVIR?

Lo acontecido en Japón no ha sido más que una muestra de que no somos nada frente a la naturaleza. Ella siempre será más poderosa que nosotros. Más mortífera y al mismo tiempo, más viva. Algunos hasta pueden llegar a pensar que, de una manera mística, la Tierra ha rugido y se ha enfadado con nosotros. Nos ha dado un escarmiento. Sinceramente, yo a veces así lo creo.

¿Tanto cuesta reciclar? ¿Tan inútil es proporcionar un buen transporte público y fomentar su uso? ¿Tanto costaría obligar a las empresas a apagar sus luces en horario nocturno cuando ya no queda nadie en las oficinas?

El ser humano se ha acostumbrado a la comodidad excesiva que proporciona el uso desmesurado de energía. ¿Necesitamos tener cuatro televisores en casa? ¿Dos coches por familia? ¿Marcos digitales para ver nuestras fotos? ¿Más de un ordenador portátil?

Queramos o no, la tecnología contamina. Nuestra comodidad, contamina. Nosotros contaminamos. La naturaleza nos da lo que puede, pero como si de un hijo se tratase, hay que tratarla con respeto. Con cariño. Hay que velar, cuidar y mimar a nuestro entorno. Se ha perdido la conexión. La simbiosis. El respeto.
Cuando nos toque volver a los campos, que nos tocará, ya será demasiado tarde. Nos lo habremos cargado todo. La vida, ya no será vida, porque la tierra permanecerá inerte.

Decidme, entonces, de qué os servirá vuestro Ipad.