jueves, 7 de abril de 2011

Comunicación fallida



Desde que el mundo es mundo, el ser humano ha tenido que permanecer en simbosis, respeto y reciprocidad permanente con la naturaleza. No somos más que pequeños entes y seres vivos que evolucionaron hasta los animales que somos hoy. En este proceso, el entorno y el estado natural, jugaron un papel decisivo. Sin esto, nunca habríamos llegado a ser lo que somos. Sin embargo, la comunicación y el comportamiento bidireccional que el ser humano ha adoptado siempre con su environment, ha virado en un sólo sentido. Y eso es anormal.

¿Qué le debemos al Sol? ¿Qué le debemos al agua? ¿Y al aire limpio? ¿Qué nos ofrece la flora? ¿Qué recibimos de la fauna? ¿Qué somos sin ellos?

A simple vista son sólo preguntas que parecen sacadas de una charla "protege la Tierra" para niños de primaria. Pero es que, ¿no nos estamos comportando como niños? ¿No estamos jugando, de un modo desenfrenado y alarmantemente peligroso con nuestro entorno?

¿Por qué seguimos teniendo centrales nucleares cuando el Sol permanece activo? ¿Por qué contaminamos el aire cuando gracias a él podríamos tener energía? ¿Por qué se vierten residuos tóxicos, radiactivos, en definitiva, MIERDA, a nuestras aguas si dependemos de ellas para VIVIR?

Lo acontecido en Japón no ha sido más que una muestra de que no somos nada frente a la naturaleza. Ella siempre será más poderosa que nosotros. Más mortífera y al mismo tiempo, más viva. Algunos hasta pueden llegar a pensar que, de una manera mística, la Tierra ha rugido y se ha enfadado con nosotros. Nos ha dado un escarmiento. Sinceramente, yo a veces así lo creo.

¿Tanto cuesta reciclar? ¿Tan inútil es proporcionar un buen transporte público y fomentar su uso? ¿Tanto costaría obligar a las empresas a apagar sus luces en horario nocturno cuando ya no queda nadie en las oficinas?

El ser humano se ha acostumbrado a la comodidad excesiva que proporciona el uso desmesurado de energía. ¿Necesitamos tener cuatro televisores en casa? ¿Dos coches por familia? ¿Marcos digitales para ver nuestras fotos? ¿Más de un ordenador portátil?

Queramos o no, la tecnología contamina. Nuestra comodidad, contamina. Nosotros contaminamos. La naturaleza nos da lo que puede, pero como si de un hijo se tratase, hay que tratarla con respeto. Con cariño. Hay que velar, cuidar y mimar a nuestro entorno. Se ha perdido la conexión. La simbiosis. El respeto.
Cuando nos toque volver a los campos, que nos tocará, ya será demasiado tarde. Nos lo habremos cargado todo. La vida, ya no será vida, porque la tierra permanecerá inerte.

Decidme, entonces, de qué os servirá vuestro Ipad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades, me ha encantado leerte. Se puede decir más alto, pero no más claro. Enhorabuena.

Aledisae dijo...

Gracias, anónimo :)