miércoles, 19 de enero de 2011

Real (e injusto) como la vida misma


Vamos a imaginarnos una situación. Os la describo y luego me decís qué os parece.
Vamos a imaginar que existe una mujer que estudió literatura en Oxford. Además del inglés, su idioma materno, sabe español y francés. Como mucho, ha trabajado dos años en toda su vida y ya tiene 45 años. Sobrevive porque es "mujer de.." y éste gana una pasta gansa. Esto implica que son ricos y que ella no tiene necesidad real de trabajar.
Supongamos ahora que ella no soporta el duro frío inglés y que como tiene un apartamento en Sevilla, está pensando que el año próximo pasará los meses de frío en España.
Todo esto se lo cuenta a una amiga suya, española, que vive en Sevilla y que además trabaja para la Junta de Andalucía. Y supongamos ahora que esta amiga le dice que, ya que estará por España, le puede buscar un "trabajito" de traductora en la Junta.

Hasta aquí, claro. Y si ahora os digo que esto es real, real, real como la vida misma, ¿qué pensáis?

Yo llevo masticando ortigas desde esta mañana.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No olvides un chorrito de aceite de oliva -andaluz-, sobre esas jugosas ortigas...

Óscar
http://unmundoporcontar.blogspot.com

Aledisae dijo...

Jajajajajaja. ¡¡Cierto!!

Anónimo dijo...

A mí se me ocurre que tenemos que hacer la pelota a esa mujer que estudió en Oxford, boingggg, boingggggg (Si, ya se los principios y tal, pero joer, si no puedes con el enemigo, únete a él).
Cómo decía uno que yo conozco "tan importante como saber una cosa, es tener el número de teléfono del que lo sabe".

Aledisae dijo...

Su número de teléfono lo tengo, pero una imperiosa cuestión de principios me imposibilita mantener más contactos con esta señora. Qué bastante me estuvo amargando durante 7 meses. Antes aprendo encaje de bolillos para ganarme la vida haciendo manteles :)